El proyecto trata de la valorización de los residuos vegetales de plantas invasoras, siendo estas recogidas en el momento óptimo del ciclo biológico y de acuerdo a los protocolos adecuados para evitar la dispersión de las semillas (si las hubiera). Esto, unido a la generación de una actividad (no lucrativa) de apoyo a las políticas de control medioambiental, para la extracción de fibras naturales y su aprovechamiento en la elaboración de materiales sostenibles, posibilitaría que las campañas de erradicación realizadas por los organismos competentes en cada región se lleven a cabo de manera más sistemática y eficiente, permitiendo un mejor control de dichas especies. Por lo tanto, se produciría un impacto positivo no solo a nivel medioambiental sino también de tipo socioeconómico para las regiones involucradas.

Por otra parte, estas especies no se encuentran únicamente como especies invasoras en la Macaronesia, sino que están presentes en diferentes territorios de la UE, y del resto del mundo, por lo que los resultados del proyecto podrían ser trasladados a otras regiones. Lo que se pretende impulsar mediante el establecimiento de una red de colaboración internacional para el estudio de especies invasoras.

Entre los objetivos del proyecto se encuentra el de sustituir diferentes materiales sintéticos por otros de origen natural, provenientes además de especies invasoras que generan problemas medioambientales en diferentes hábitats. Con ello se está en línea con directivas europeas que promueven el uso de fibras naturales como alternativa a fibras sintéticas en determinadas aplicaciones industriales para conseguir una mejor reciclabilidad de los componentes plásticos producidos.